miércoles, 31 de marzo de 2010

La importancia del Brigadista en la Protección Civil

Las experiencias vividas durante los sismos ocurridos en México en 1985 dejaron varias enseñanzas a la comunidad mundial en materia de Protección Civil, destacando entre ellas dos que es importante mencionar.


La primera se refiere a la ayuda internacional, en virtud de que llegaron grandes cantidades de medicinas sin clasificar, en empaques con distintos idiomas y muchas de ellas ya caducas; además, de ropa y objetos en muy mal estado o que no servían a la población en esos momentos, situación que propició que médicos y voluntarios se abocaran a clasificar estos artículos en vez de atender actividades de mayor prioridad. Ahora, gracias a esta experiencia, ya existe un organismo internacional denominado SUMA ()que se especializa en la recepción y manejo de suministros humanitarios en caso de desastres.

La segunda tiene que ver con la forma en que se concebía la respuesta de la sociedad civil ante los desastres. Antes de los sismos de 1985, en México se consideraba a la sociedad civil incapaz de auto organizarse ante el caos, teniendo que intervenir la milicia o las organizaciones paramilitares para tomar el control y restablecer el orden; sin embargo, se presentó un fenómeno social que cambió este paradigma, ya que fue la sociedad civil la que se organizó en forma inmediata para dar una respuesta de auxilio, ya que lamentablemente la magnitud del evento superó la capacidad de respuesta de las instituciones gubernamentales. Por todas partes surgieron voluntarios que sin experiencia ni equipo empezaron a mover piedra tras piedra, muchas veces sin palas ni herramientas sino con sus propias manos, trabajando por muchas horas sin descanso, con la única esperanza de rescatar personas con vida, hecho que permitió que muchas sobrevivieran.

Sin duda, los que vivimos aquel desastre recordaremos que simultáneamente surgieron incendios por varios lados, que los principales hospitales fueron los primeros en caerse y que eran miles los que pedían auxilio en medio de los escombros. Era tal el drama, que resultaba casi imposible no colaborar ya sea haciendo donaciones o acudiendo como voluntario en distintas actividades.

Lamentablemente, México está ubicado en una zona altamente sísmica, además de que existen otros riesgos como huracanes, inundaciones, incendios, etc., pero nosotros, como sociedad civil, hemos aprendido que de la forma inmediata en que reaccionemos ante los desastres dependerá el número de sobrevivientes que tengamos.

Es por eso que los Programas Internos de Protección Civil dentro de las Instituciones y los Planes Familiares de Protección Civil representan una esperanza de vida y una de las formas más inteligentes de prevenir, o en su caso, enfrentar los desastres, ya que la próxima vez, no nos volverán a tomar desprevenidos."

Sin embargo, el éxito de un programa de protección civil depende en gran medida de las actividades que realicen los brigadistas, sobre todo durante la presencia de un fenómeno perturbador, en virtud de que se requiere de un tiempo de respuesta mínimo al momento de presentarse la emergencia, en particular, tratándose de sismos. De ahí que la participación ciudadana es indispensable pero dentro de un marco debidamente coordinado y con la capacitación adecuada.

¿Qué es un brigadista?

La palabra brigada se deriva de bregar, que significa luchar con los riesgos y dificultades para superarlos. Las brigadas son conjuntos de personas organizadas que trabajan para un mismo fin.

Brigadista significa formar parte de una brigada; y en el caso de Protección Civil, se constituye en el elemento primordial, ya que el éxito de estos programas depende de la eficiencia de su participación.

Los brigadistas son la parte de la sociedad civil que está preparada para dar una respuesta coordinada e inmediata ante las adversidades que pongan en riesgo la integridad física de los miembros del grupo al que pertenecen.

¿Cuáles son las características deseables en un brigadista?

La experiencia nos ha demostrado que cualquier persona puede ser brigadista, ya que ante situaciones caóticas han surgido personas de todos los estratos sociales, con diversidad de deficiencias y carencias pero con un alto grado de altruismo y disposición para brindar ayuda.

Sin embargo, los brigadistas deben ser personas con carácter, capaces de dominar su temperamento y proceder con cordura ante situaciones totalmente adversas. Físicamente lo más recomendable es que gocen de cabal salud y preferentemente practiquen algún deporte o hagan ejercicio regularmente. El brigadista debe tener una alta capacidad de trabajo en equipo, así como la de asumir el rol de líder de su grupo y de apoyo a los más vulnerables.

El brigadista debe conocer perfectamente su centro de trabajo, a las personas de su área, incluyendo sus características físicas y psicológicas, y él, a su vez, ser plenamente identificado por su grupo.

¿Hasta dónde debe actuar un brigadista?

Los brigadistas no son especialistas sino voluntarios, por lo que su participación, en primera instancia, se limita a brindar respuesta inmediata para poner a salvo la vida de los miembros del grupo al que pertenece y para evitar que se propaguen los daños; por ejemplo, en el caso de incendios debe atenderlos cuando son conatos o mientras llegan los bomberos y siempre contando con el equipo adecuado.

Un brigadista no debe poner en riesgo inútilmente su vida ni la de los miembros de su brigada, debe saber actuar hasta la medida de sus posibilidades pero siempre haciendo su mejor esfuerzo.